El sol se asomaba tímidamente entre las nubes del cielo ubatense, es casi mediodía y a pesar de que el clima no es el mejor, las ganas de trabajar en pro de la mejora de la vida de los perros en condición de calle nos alienta a seguir adelante. Salimos de la plaza de la rellena centro de Ubaté con destino a varias veredas de las cuales se nos ha informado que pueden tener un refugio de bienestar animal subsidiado por la alcaldía del pueblo. Emprendimos el camino a los lugares que se nos indicaron y en nuestro trayecto fuimos encontrando por el camino varias manadas de perros que vivían en la calle, los fotografiamos, les dimos un poco de agua y con algo de tristeza seguimos nuestro camino.

Después de casi cuarenta minutos de trayecto y varias carreteras destapadas llegamos a una bifurcación en la cual se encontraba una pobladora del sector junto a sus hijos la cual muy amablemente nos indicó que el refugio quedaba más adelante unos 500 metros, además para sorpresa nuestra se encontraba con 3 perritos. Con algo de curiosidad le preguntamos si alguno de ellos era adoptado, a lo que amablemente respondió que los tres perritos eran adoptados y recogidos de la calle. En ese momento, le preguntamos si podía ayudarnos con una corta entrevista del porque había acogido en su hogar animalitos en condición de calle.

Después de varios minutos dialogando con doña Maria, un par de fotos, la entrevista en audio y video, nos expresó que para ella los animales salvan vidas y resultan ser una gran compañía, y que en vez de gastar dinero comprando un par de perritos, prefería adoptarlos para contribuir al bienestar de la comunidad y de los indefensos animalitos. Nos despedimos y seguimos nuestro camino, no sin antes agradecerle...Sin embargo como en toda aventura en el campo de la investigación hay imprevistos, uno de los carros en los que nos estábamos movilizando se quedó sin batería, por lo que el otro vehículo tuvo que iniciarlo con cables de corriente eléctrica, pero todo es parte del proceso.

Efectivamente, como nos había informado doña Maria el refugio se encontraba a unos 500 metros de donde estábamos y claramente los sonidos de ladridos y aullidos en aumento nos decían que íbamos por buen camino. Finalmente a nuestra vista apareció una casa de color blanco que tenia un mural muy hermoso de varios perritos rescatados, que estaba como bienvenida al refugio, tristemente, en un principio lo encontramos cerrado, sin embargo los teléfonos de contacto que habían en la puerta fueron de mucha ayuda, pues inmediatamente pudimos comunicarnos con delegados de la alcaldía, un par de veterinarios que son los encargados de la administración del lugar. Ellos nos dijeron que se encontraban en el pueblo comprando medicamentos para uno de los animalitos del refugio pero que alrededor de 30- 40 minutos se encontraban de nuevo en el lugar, así que decidimos esperarlos.

Finalmente, después de la espera pudimos conocernos con los encargados, David y Daniel, quienes fueron muy amables, nos recibieron, nos contaron la historia de cómo inició el refugio y como habían obtenido la ayuda de la alcaldía. Tomamos muchas muchas fotos de los animalitos, jugamos con ellos, les dimos de comer, y sobre todo mucho mucho cariño, pues nos decían que lo más importante cuando se rescata un animal es mostrarle que estás preocupado e interesado en su bienestar.

Con el corazón lleno de alegría por haber cumplido con el trabajo propuesto para ese día y la satisfacción de haber aportado un granito de arena para todos los animalitos, a las 5:00 pm emprendimos nuestro camino de regreso a nuestros hogares, cansados algo sucios y con algunos rasguños por los perritos, pero felices por el deber cumplido.